En esta nueva edición de los premios Fundamed nos hemos reinventado. Ahora son los Premios Fundamed & wecare-u, que tras trece ediciones busca responder a su cometido más y mejor: premiar a la sanidad. Es posible que España todavía esté buscando el lugar donde quiere situarse como país en lo que se refiere a su sanidad, es posible que todavía haya que reflexionar de una manera más amplia, como estado, en el tipo de sistema sanitario que queremos. Mientras eso ocurre, las noticias son menos buenas de lo que me gustaría señalar: nos espera aterrizar en una inversión en sanidad respecto del PIB del 5,3% en 2016. Esto supone una clara línea descendente que nos separa del resto de países de nuestro entorno económico, y no me refiero a Portugal ni a Grecia. ¿A quién le toca realizar esa reflexión y concluir que es este el peso que la sanidad va a tener en España? Se trata de una decisión que excede a una CC.AA., al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, al Ministerio de Hacienda… Va mucho más allá que al propio Gobierno. La razón es sencilla: no es posible abordar este asunto con las ataduras que se dice nos han impuesto desde Bruselas. No es así.
Para que España camine por una senda de estabilidad para profesionales sanitarios, empresas, sociedades científicas y pacientes se requiere la voluntad de dotar de los recursos, con eficiencia, calidad y priorizando. Y el sector sanitario sabe mucho de estas tres cosas. Vive y sobrevive de la calidad y la eficiencia, que los gestores aplican cada día en sus decisiones. Con todo, podemos mejorar. Pero sin una visión de la sanidad mermada de recursos, sin la idea que nos obligan desde fuera y sin la voluntad de la sanidad gane peso en España será complicado. La solución, más que nunca, pasa por hacer Política con mayúsculas.
Gobierno y oposición tienen el reto de diseñar la sanidad del futuro. Y hoy nosotros tenemos el reto de premiar a algunos de los que hacen posible esa sanidad extraordinaria: profesionales sanitarios, sociedades científicas, la farmacia, compañías e, incluso, la generosidad de las organizaciones sin ánimo de lucro de corte sanitario.
Sras. y Sres.:
Mi obligado y grato párrafo de agradecimientos debe comenzar, lógicamente, por dar las gracias a las autoridades y a todos los lectores. El número 13, por lo que sea, es un número mágico. Para bien, o para mal.
La celebración de estos Premios Fundamed & wecare-u, en su decimotercer aniversario, nos habla, por una parte, de consolidación en el Sector, de afianzamiento, y de perdurable presencia. Pero, por otra parte, ese número 13 parece que nos sitúa en un año paradójico, de mayor sosiego que los anteriores, y de consolidación de dolorosas reformas en fase de institucionalización.
¿Va a ser un año quieto que nos permita reflexionar sobre problemas estructurales del Sector, o va a significar que todo el conjunto de acciones sólo tenga el motor del ahorro y la economía? Mayor quietud debería suponer mayor reflexión., sobre problemas estructurales; y ello supondría, a su vez, mejor análisis sobre la política sanitaria y, sobre todo, ante la gestión de la prestación farmacéutica de la Seguridad Social.
Creo que es momento de análisis serenos, y quisiera, con el riesgo consiguiente, anticiparles el mío personal. Creo haber acreditado en mis comportamientos profesionales, de estricto orden jurídico, una feroz y, a veces molesta, insobornable independencia. Me gustaría haber echado fama de "antipelotillero". Pues bien, desde esa perspectiva, debo decir que las cosas en el Ministerio de Sanidad, salvo errores, crasos, como el tratamiento de pensiones, y dubitaciones claras como la universalización de la asistencia, las cosas "no van mal", lo cual, creo yo, contradice el negativismo general en el que España está sumida. Desmenuzar era afirmación no es tarea de este momento, sino del de esa reflexión conjunta que necesita el Sector.
Mientras tanto, Fundamed & wecare-u, continúa su función de premiar a los mejores. Enhorabuena a ellos, y gracias, otra vez, a todos por contribuir a elegir y ser elegidos, y a los que nos honran con su presencia.